lunes, 6 de agosto de 2007

Particular estación de penitencia

Hace algún tiempo decidí abrir mi particular Madrugada, ("Madrugá", como diría alguno, que por otra parte no entiendo estando en tierras castellano-leonesas, por mucho que nos guste la Semana Santa de Sevilla, pues son muchos en la ciudad del Guadalquivir los que dicen Madrugada).


En esta Madrugada, en la que cada uno de vosotros hacéis vuestra particular estación de penitencia, lo hacéis saliendo de unos templos imaginarios, cargando a hombros o a costal, en un recorrido que sólo existe en nuestro interior, pero rindiendo culto a la Amistad. En esta particular estación de penitencia no se carga con pesados pasos, no se reza el Rosario, pero se hacen levantadas al cielo por una amistad que ha de perdurar con el paso del tiempo.


Esta Madrugada transcurre en una ciudad que sólo unos cuantos conocemos y que no cierra sus puertas a nadie, simplemente porque no las tiene, una ciudad donde yo he ubicado mi particular Madrugada con permiso de sus fundadores. Esta no es otra que la ciudad de Salamora, una ciudad donde todos somos alcaldes y todos ciudadanos de a pie, donde su única constitución es la Amistad, donde cada uno aporta lo que puede y lo hace gustoso , una ciudad en la que sus habitantes tienen un corazón que no les cabe en el pecho, en la que no tienen cabida los villanos, pues si entra alguno él solito se dará cuenta de que sobra en esta ciudad situada en medio de ninguna parte, y en la que todos los días hacemos nuestra particular estación de penitencia.


Una ciudad donde cada Madrugada se le pone nombre a los días a la luz de un farol, reflexionamos con Iacobus y hasta leemos la bitácora de Luis Santos, pero nada de esto sería posible en un lugar tan imaginario como éste si no tuviéramos una fabrica de sueños, una ciudad en cuyos jardines están sembradas las flores de la esperanza y la amistad siempre cuidadas y protegidas por un tal doctrinos, siempre vigilante de que nadie siembre ningún cardo del odio y la hipocresía.


Esta imaginaria estación de penitencia no se podria concebir sin unos ilustres nazarenos como, galongar, alvaro, pagarme, alvarito, macareno, del brio, victor etc .


Gracias a todos por mantener la ilusion en ésta mi, vuestra, MADRUGADA


Viva Salamora y su Madrugada.